¡Cuánto te amo mama!
Aunque falles a tu promesa que siempre me cuidarías y estarías ahí para mi, se que te vas por mi bien, por eso espero con ansias tu regreso…
Todos los días me dejas en otras manos que no son las tuyas a pesar que también me aman.
Tengo hambre y me alimenta, tengo sueno y me arrulla pero sé que no eres tu…
No sé de tiempo pero te presiento cuando se acerca la hora en que vienes en mi busca.
Tu imagen la confundo con otras parecidas a ti y eso me alegra por un segundo hasta verla desvanecida en mi mente.
En los libros de cuentos te invento diciendo tu nombre…”mama”
(abuela, Laura).
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